Panorama actual de la imaginería contemporánea

Estamos viviendo un nuevo siglo de oro en el arte de la escultura y la imaginería

Hoy rescatamos este artículo publicado justamente hace un año en la antigua web ondacofradiaradio.com de la mano del profesor Rafa Ríos donde realiza un análisis del momento tan importante que está viviendo la imaginería contemporánea

Articulo publicado por Rafael J. Ríos Delgado 25 de julio de 2023

Cuando en el año 1999 el escultor e historiador Ángel Luis Schlatter Navarro, hoy Técnico de Cultura del Ayuntamiento de Espartinas (Sevilla), puso en marcha la I Exposición Nacional de Imaginería, que se desarrolló en este municipio del Aljarafe durante cinco ediciones, entre los años 1999 al 2008, lo hizo consciente del impulso que esta rama de la escultura necesitaba en ese momento. 

Schlatter, que como escultor y restaurador había tenido sus contactos con el campo de la imaginería, con una producción no muy prolífica pero no exenta de calidad, llevaba varios años centrado en recuperar el papel prominente de la imaginería como modo de expresión sacra y devocional, con iniciativas como el I Simposio de Imaginería en 1994, la publicación de la extinta “Revista de la Escuela de Imaginería” en dicho año, gracias al apoyo económico de CajaSur, cuando esta entidad financiera era aún propiedad de la Iglesia, o la apertura del Museo Didáctico de la Imaginería, ubicado en la Hacienda Guardiola en Espartinas, en noviembre de 2008. 

Santísimo Cristo de la Vera+Cruz de Almogía- Autor José María Ruiz Montes (Foto 1)

A lo largo de aquellas cinco ediciones se pudo constatar cómo los focos de producción en España habían variado poco: Castilla, especialmente en Valladolid y Cuenca, Levante en general, Murcia y Andalucía. Mientras que en Castilla, el Levante y Murcia, salvo honrosas excepciones, seguían aferrados a las formas impuestas por los grandes maestros de las centurias pasadas (Gregorio Fernández, Francisco Salzillo, etc.), en Andalucía, que seguía siendo el mayor centro productor, se constataban dos realidades, el ocaso de la carrera artística de los grandes nombres de las cuatro últimas décadas, ahora acaparada por los discípulos de Sebastián Santos, Ortega Bru, Buiza, Abascal, Duarte o Dubé y la incipiente renovación que, desde Córdoba, autores como Romero Zafra, Antonio Bernal o González Jurado iban aportando, de la cual imagineros consagrados, como Álvarez Duarte, -en obras como el Cristo de la Clemencia de Hellín (Albacete)-, no pudieron abstraerse. 

Humildad y Paciencia de Málaga -Autor: José María Ruiz Montes (Foto 2)

También resultaría clave la labor docente que desde la Facultad de Bellas Artes de Sevilla venía realizando el profesor Juan Manuel Miñarro López. Miñarro, que había sido discípulo de Buiza, compartiendo los últimos años de la prolífica producción de su maestro con su oficial Francisco Berlanga, ha sabido conjugar en su alumnado la enseñanza académica reglada con la formación tradicional de taller, idéntico proceder de Jesús Santos Calero (q.e.p.d.) hacía desde la Escuela de Artes y Oficios. Menor relevancia tuvo para el campo de la imaginería, en estos años, la Facultad de Bellas Artes de Granada, dominada en aquellas décadas por Barbero Gor, sobrino de Rafael Babero, aunque no podemos desdeñar el papel de López Burgos en la Escuela de Artes y Oficios de la ciudad de la Alhambra. 

Duelo de la Virgen de Juan Manuel Parra (Foto 3)

Han pasado más de veinte años de aquella primera Exposición Nacional y hoy se constata el buen estado que presenta la imaginería a nivel general. A los focos ya referidos de Córdoba, se han sumado otros focos productores como Málaga, donde sobresalen autores como García Palomo, Israel Cornejo, Juan Vega, Alejandro López y, muy especialmente, José María Ruiz Montes; el foco murciano-levantino, con los hermanos Martínez Cava (Juan y Sebastián) o Ramón Cuenca; Huelva, con Elías Rodríguez Picón, Martín Lagares, Sergio Sánchez o Santiago Delgado Carrera, pero sobre todo con autores afincados en Sevillacomo Juan Manuel Parra, Manuel Caliani o Alberto Germán Franco; Córdoba, con Juan Bautista Jiménez o el boliviano afincado Edwin González Solís; Cádiz, con las aportaciones personales de Ana Rey y Luis González Rey; Jaén, con Antonio Espadas Carrasco, Guillermo Martínez Salazar y Antonio José Rodríguez Martínez y Sevilla, donde a la generación de discípulos de Álvarez Duarte y Antonio Dubé, se ha unido la generación de escultores que han pasado por la facultad de Bellas Artes de Sevilla, donde el magisterio de profesor Miñarro ha sido clave en muchos aspectos. 

Cristo de la Fé en su Sagrada Cena de Ayamonte de JM Parra- Jesús Despojado de Juan Bautista Jiménez para Filipinas. (Foto 4)

A los ya consagrados como el propio profesor Miñarro, Lourdes Hernández, Encarnación Hurtado o José Antonio Navarro Arteaga, han sido sumándose las aportaciones de Fernando Murciano, Darío Fernández Parra, Fernando Aguado, Álvaro Abrines, Martín Nieto, Rafael Martín Hernández o el pacense afincado en Sevilla, Eduardo García Márquez entre otros. 

Imagen de Poncio Pilatos para Valladolid de Ana Rey- Virgen de la Aurora de Lorca obra de los hermanos Martínez Cava. (Foto 5)

Obras como el Crucificado de la Vera-Cruz de Almogía o el Cristo de la Humildad y Paciencia de Málaga, debidas al malagueño José María Ruiz Montes (fotos 1 y 2); el personalísimo Cristo del Amor de Ayamonte o el conjunto conocido como “Duelo de la Virgen”, conservado en el Museo de los Carmelitas en la iglesia del Santo Ángel de Sevilla, de Juan Manuel Parra Hernández (foto 3); el precioso Cristo Divino Redentorque el lucentino Juan Bautista Jiménez ha realizado para la Parroquia de San Nicolás de Tolentino en Filipinas (foto 4); la personalísima figura de Poncio Pilatos de Ana Rey, presentada esta pasada Cuaresma con destino al misterio de la Sentencia de Valladolid (foto 5); los conjuntos escultóricos de la Virgen de la Aurora (foto 5) de Lorca o el San José con el Niño de Almería (foto 6), de los hermanos Martínez Cava.

San José con el Niño de los hermanos Martínez Cava- Virgen del Rosario De Santiago Carrera, ambas en Almería (Foto 6)

La impresionante Virgen del Rosario que Santiago Carrera Delgado hizo en el año 2022 para la Parroquia de San Isidro Labrador de Almería (foto 6) o el soberbio conjunto de la Virgen del Carmen y las Ánimas Benditas que labró para la Parroquia de la Concepción de Huelva el alicantino Ramón Cuenca (foto 7) vienen a mostrar el buen estado que goza la imaginería en la actualidad. 

Virgen del Carmen y Ánimas Benditas de Ramón Cuenca para Huelva (Foto 7)

En este contexto, los bocetos del futuro misterio para la Hermandad del Buen Fin de Sevilla o del Cristo de la Tercera Caída de Sanlúcar de Barrameda de Darío Fernández Parra o el impactante Crucificado que Navarro Arteaga presentaba hace unos días, con destino a una parroquia de Miami (foto 8), el cual destaca por su gran realismo, auguran un prometedor futuro a la imaginería contemporánea que, partiendo de los postulados clásicos de los grandes imagineros del Siglo de Oro español, desde estéticas tan distintas como el clasicismo o el hiperrealismo ha sabido avanzar hacia la contemporaneidad sin renunciar a los ecos de vanguardia. 

Cristo Crucificado para Miami (EEUU) obra de José Antonio Navarro Arteaga que posa con su obra (Foto 8)

Atrás quedan décadas de ostracismo, involución y nula aportación artística, aferrados a formas neobarrocas retardatarias, unido a un cierto adocenamiento, que hicieron temer por el futuro de la imaginería como forma de expresión artística. 

Lo más leído