Los cambios de imágenes en los dos últimos siglos

Desde los grandes escultores del siglo XX hasta nuestros días

Cuando toda España aún está de resaca, tras proclamarnos por cuarta vez campeones de la Eurocopa con la selección masculina de fútbol, los cofrades seguimos disfrutando en el periodo estival, de la playa, la piscina y de las Glorias, que son muchas, y más en este mes del Carmen.

En estas fechas, en las que parece que la actualidad cofrade decae, siempre hay algo que contar. Así, en uno de los “Archivos Cofrades”, sección que realizamos en nuestro programa de Cofradía Plus+, hablamos de las imágenes que habían sido creadas para un fin y que acabaron representando otra bien distinta e incluso fueron cambiadas de género. Esta sección creó tanto interés que incluso tuvimos que realizarla en dos programas. Posteriormente el profesor Rafa Ríos la llevó al papel, gracias a la revista << NAZARENOS >>, donde ha dejado un magnífico artículo denominado <<Travestismo Cofrade>>, publicado en el último número de esta revista que se ha convertido en un referente en la apertura y forma de abordar ciertos temas sin tapujos, que no se suelen tratar con naturalidad en el seno de nuestras hermandades. 

Pues bien, tras la reciente polémica suscitada en redes sociales con una destacada imaginera, como es la gaditana Ana Rey, abordamos una somera exposición de los cambios de imágenes titulares o secundarias que se han producido en nuestras hermandades, muchas de las cuales, y así la historia nos lo demuestra, se han realizado con el escultor de la imagen aún vivo. Imágenes que pasaban a las dependencias de la corporación de turno para ser sustituidas por otras, pero, ¿de mayor calidad? Algunas veces sí, y otras no con tanto acierto, influidas en muchos casos por las modas imperantes en cada momento…

Y esto no solo ocurre en las Semanas Santas de las capitales de provincia o en las más conocidas, es algo endémico a la propia historia de las cofradías, afectando a localidades y hermandades de todo el ámbito nacional

De izquierda a derecha; Dolores y Misericordia de Antonio Perea, Hernández León y Antonio Eslava

Pero empecemos por Sevilla, considerada por muchos la “madre y maestra” de las Semana Santas andaluzas. Precisamente entre sus corporaciones de vísperas encontramos los primeros casos. Así, en la Hermandad del Divino Perdón de Alcosa, el primer Nazareno al que rindió culto, obra de Manuel Trigueros, fue sustituido por el actual de Navarro Arteaga, estando vivo Trigueros. De igual modo, en La Misión del barrio de Heliópolis, la primitiva Dolorosa del Amparo, obra de Miguel Laínez Capote, remodelada profusamente por Alfonso Berraquero y donada a la corporación por el cofrade Gabriel Solís, fue sustituida por la actual labrada por José Manuel Bonilla Cornejo

Un caso significativo es el de la Hermandad de Jesús Despojado cuya primera Dolorosa, obra del escultor Antonio Perea, se cambió en vida de este por otra de Hernández León, que tampoco terminó de encajar, siendo finalmente sustituida por la actual Virgen de los Dolores y Misericordia de Antonio Eslava Rubio. Este segundo cambio también se produce estando vivo Hernández León. Paradójicamente, el propio Eslava presenció como el San Juan que labró para acompañar a su Dolorosa era sustituido por el actual de Juan Antonio González Ventura, recalando el suyo en la Hermandad de la Misión.

La Dolorosa de la Paz del Porvenir, obra de Antonio Illanes, autor de todas las imágenes titulares y del misterio, es retocada en vida del escultor umbreteño por Sebastián Santos Rojas, provocando una agria disputa entre los dos escultores. ¡¡Madre mía si hubieran existido las redes sociales!! Seguimos…

Nos vamos a Madrid. José Rodríguez Fernández-Andes sustituye el mismo la primera Dolorosa que realiza para la Hermandad de la Esperanza Macarena de la capital de España por otra de nueva factura, la cual sería reemplazada por una talla de Antonio Eslava, que procesiona cada tarde del Jueves Santo madrileño. Esta circunstancia no lo era ajena, pues ya sufrió en “sus propias carnes” como su primera Dolorosa de la Caridad, labrada hacia 1926 para la Hermandad del Baratillo, terminaría siendo retirada del culto por desavenencias con la cofradía del barrio del Arenal. No en vano, gran parte de la obra escultórica de este escultor, caso del Señor de la Salud de los Gitanos, la Virgen de Gracia y Esperanza de San Roque o la Virgen de Gracia y Amparo de los Javieres, fueron retocadas, sin ningún respeto a la labor de su autor, por imagineros como Paz Vélez, Sebastián Santos Ramos Corona.

Volviendo a Sevilla, recordemos como Francisco Buiza remodelaba profusamente la Virgen del Rocío, titular de la Hermandad del Beso de Judas para “afinarle los rasgos” según la corporación, estando Antonio Castillo Lastrucci aún vivo. En Santa Marta, la primera Dolorosa de Ortega Bru no acaba gustando y es reemplazada por una segunda que realiza el mismo escultor, finalmente sustituida por la actual Virgen de las Penas de Sebastián Santos. La primera Dolorosa de Bru pasó a formar parte del misterio como una de las Marías, mientras la segunda se conserva en dependencias de la corporación, lo cual derivó en un gran malestar del escultor sanroqueño con su Hermandad de Santa Marta.

De izquierda a derecha; 1ª Virgen de la Penas de Ortega Bru convertida en María de Cleofás, 2ª Dolorosa de O. Bru actualmente en las dependencias de la hermandad y actual Virgen de las Penas de Sebastián Santos.

La Hermandad del Polígono de San Pablo han dado culto a dos Vírgenes del Rosario distintas antes de la llegada de la actual labrada por Luis Álvarez Duarte en 2008. La segunda Dolorosa, debida a Luis Alberto García Jeute, se sustituye tras la aprobación de sus reglas como hermandad de penitencia, estando vivo García Jeute. Por su parte, en San Gonzalo Antonio Eslava remodelaba profundamente la primitiva Dolorosa, obra del escultor Rafael Lafarque, realizando además un nuevo juego de manos. Tras un controvertido incendio se encarga la restauración a Ortega Bru. Aunque en un principio se vendió como una remodelación tras el incidente, del que solo se habrían salvado las manos, una carta manuscrita que el propioOrtega Bru publica en el Boletín de las Cofradías de Sevilla, confirmaba la autoría de la mascarilla de la actual Dolorosa del Barrio de León. Cierto es que Lafarque había fallecido en 1952, no así Eslava, cuyo óbito no se produce hasta 1983.

Pese a que Antonio Illanes fue Hermano Mayor y alma mater, durante una breve etapa histórica, de la Hermandad de las Aguas de Dos de Mayo, y tras haber realizado sendos Crucificados para esta corporación, el primero labrado en 1930 y desaparecido en un incendio fortuito en San Jacinto, y el segundo gubiado en 1943, no pudo evitar que el San Juan Evangelista, realizado a la par del segundo crucificado, fuese sustituido por otro de nueva factura ejecutado por Álvarez Duarte en 1973. El anterior es hoy cotitular de la Vera-Cruz de Albaida del Aljarafe. 

La primera Virgen de los Dolores del Cerro del Águila, del escultor José Sanjuán Navarro, se sustituye por la actual de Sebastián Santos estando en vida José Sanjuán. Por su parte, la Hermandad de los Estudiantes sustituye su primitiva Virgen de la Angustia, donada por su autor, el escultor Antonio Bidón Villar, por la actual Dolorosa de Juan de Astorga que la corporación adquiere a la Parroquia de San Isidoro. Una nueva sustitución y cambio que se produce estando el escultor en vida.

Izquierda Virgen de la Angustia de Juan De Astorga a la derecha la de Antonio Bidón

Juan Abascal Fuentes acometió una profunda remodelación a una Dolorosa que el cofrade Dº Fernando Ybarra había donado a la Hermandad de Santa Cruz. Finalmente, su intervención no acabó gustando y sería sustituida por la actual Virgen de los Dolores, de Antonio Eslava Rubio, pasado la talla remodelada por Abascal al municipio onubense de Bonares. El discreto escultor portuense Miguel Ángel Rodríguez Magaña había cedido una imagen, labrada por él mismo, para que fuese titular de la Hermandad de la Bofetá. Esta imagen solo procesionó entre 1921-1922, siendo sustituida por el actual grupo escultórico de Castillo Lastrucci en 1923. No sería el único caso sufrido por Rodríguez Magaña, cuya Dolorosa de la Concepción, labrada para el paso del Calvario de la Hermandad de la Trinidad, fue sustituida por la actual de Bidón Villar, siendo adaptada como una de las Marías. En aquellos tiempos, según parece, debían encajarse mejor estos cambios por parte de los escultores, aunque las agrias disputas, que también las había, se dilucidaban en el seno de los cabildos corporativos, toda vez que faltaban unos ochenta años para que apareciera la primera red social y con ello las controversias por internet.

Precisamente el citado Antonio Bidón contrató un apostolado con la Hermandad de la Cena, de los cuales solo realizó ocho apóstoles de su mano, siendo los otros cuatro confeccionados con cabezas y manos labradas por Emilio Pizarro para el malogrado misterio del Sagrado Corazón de la Hermandad de las Siete Palabras. El escaso mérito artístico de dicho apostolado motivó varias remodelaciones ejecutadas por Rafael Barbero, lo que supuso un nuevo menoscabo a la labor creativa de Bidón. 

La Hermandad de San Roque, después de los destrozos sufridos en su patrimonio corporativo en 1936, encarga al escultor Manuel Vergara sendas imágenes titulares, labradas en 1937 y 1938, respectivamente, que no gustaron demasiado, pues pronto serían remplazadas por las actuales, ejecutadas por Manuel José Rodríguez Fernández-Andes y Antonio Illanes. Ambos cambios se producen en vida en Manuel Vergara. Una circunstancia similar ocurrió en el Barrio de la Calzada, donde el primer Cristo de la Preciosísima Sangre en su Presentación al Pueblo (1922), una interesante obra de Esteban Domínguez Aguilar, es cambiado por el actual de conjunto escultórico de Castillo Lastrucci en 1928, a pesar de la calidad de la imagen, siendo actualmente titular de la Hermandad del Cautivo en Villanueva del Río y Minas.

Al izquierda Cristo de la Presentación de Esteban Dguez. Aguilar a la derecha el de Castillo Lastrucci

En 1997 la Hermandad del Buen Fin decide retirar el misterio que Luis Álvarez Duarte había labrado en 1972. Durante veinticinco años procesionó en solitario el Crucificado, hasta el estreno del actual misterio de Darío Fernández Parra en el presente año, mientras que las tallas retiradas han sido vendidas a la Hermandad del Rosario del Mar de Almería. Sin movernos de la calle San Vicente, la Hermandad de Las Penas decidió enajenar una talla de San Juan Evangelista, igualmente obra de Álvarez Duarte y realizada solo para cultos internos, tras recibir la donación de una nueva talla del Discípulo Amado (1997), obra de José Antonio Navarro Artega, de mayor calidad artística. El anterior, vendido en 2003 a la Hermandad de la Sagrada Entrada del Viso del Alcor, forma hoy parte del grupo escultórico labrado por Álvarez Duarte. Vemos como estos cambios, producidos en vida del prolífico imaginero afincado en Gines, han permitido dar una “nueva vida” a estas imágenes que no funcionaban en origen, cosa impensable con los egos existentes en el panorama artístico actual.

A la izquierda, anterior San Juan de la Hermandad de las Penas de Álvarez Duarte a la derecha el actual de Navarro Arteaga.

En la Sagrada LanzadaAntonio Illanes, que había triunfado magistralmente con su ópera prima para la Semana Santa hispalense, como fue el Crucificado de la Lanzada, tallado en 1929, fracasaba estrepitosamente en 1931 con la Virgen de Guía que realizaba para el paso de palio. Cal y arena, en una misma corporación, con solo dos años de diferencia. En esta misma corporación el escultor Elías Garó(García Rodríguez), realizó en 1987 un Longinos a caballo para el paso de misterio, sustituido solo trece años después por el actual de Navarro Arteaga. Paradójicamente su autor pudo comprobar en vida como el grupo suprimido en Sevilla triunfaba en la Semana Santa de Campo de Criptana (Ciudad Real). 

En la década los cincuenta la Hermandad de la Macarena acometía la tercera remodelación del misterio ideado por Castillo Lastrucci para el Señor de la Sentencia. Aquella reforma, auspiciada por Juan Pérez Calvo y ejecutada por Antonio Eslava Rubio, desencadenó una agria discusión entre Castillo Lastrucci y su antiguo oficial, que se saldaría con el abandono de Eslava del taller de Castillo, en tanto que el imaginero presentaba su renuncia como director artístico, dándose de daba baja como hermano en la nómina de la hermandad.

En 1935 la Hermandad de Los Gitanos estrenaba una Dolorosa del malagueño José Merino Román, concebida inicialmente como Virgen de la Hiniesta Dolorosa, que vino a sustituir a la Virgen de las Angustias de José Montes de Oca. Esta novedad solo se mantuvo un año, regresando en 1936 su anterior Dolorosa que acabaría pereciendo en el incendio intencionado de la Parroquia de San Román unos meses después. La talla de Merino Román regresaría al obrador del escultor, quien en 1938 la enajenaba a la Hermandad del Sepulcro de la capital costasoleña. 

Las remodelaciones o transformaciones de imágenes preexistentes han sido una constante en la Semana SantaTal es el caso de la Hermandad de los Servitas, que en 1967 bendecía una imagen de Dolorosa originariamente de Castillo Lastrucci, remodelada por Antonio Dubé de Luque. No era la primera vez que este imaginero ejecutaba trabajos de esta índole para la Semana Santa de Sevilla, por expreso deseo de las corporaciones. Ahí están las remodelaciones de las Dolorosas de la Candelería (1969), Ángeles de los Negritos (1984) y Consolación de la Sed (1991).

En la Hermandad de La TrinidadHernández León, que había realizado sendos Cristos de las Cinco Llagas para esta corporación entre 1981 y 1982, comprobaba como veinte años después su Crucificado del Sábado Santo sería sustituido por el actual de Álvarez Duarte. Recientemente, esta misma corporación decidía modificar gran parte del misterio alegórico del Sagrada Decreto, con nuevas tallas de José Antonio Navarro Arteaga, que sustituirán a los Padres de la Iglesia y otras figuras que Dubé de Luque concibiese en la década de los noventa para dicho misterio, al comprobar como este conjunto escultórico no termina de funcionar. 

Jesús Santos Calero, hijo del escultor Sebastián Santos, realizaba en 1969 para la Hermandad de la Resurrección de Sevilla la primera imagen de la Virgen de la Aurora, sustituida pocos años después por la actual de Dubé de Luque. Santos Calero, que había visto triunfar como imaginero y escultor a su padre en la ciudad de Sevilla, presenciaba, no sin cierta amargura, como una de sus pocas imágenes titulares era reemplazada por la obra de un compañero. La primitiva Virgen de la Aurora es hoy cotitular de esta corporación, recibiendo culto interno en Santa Marina bajo la advocación de Virgen del Amor.

Izquierda primera Virgen de la Aurora de Santos Calero a la derecha la actual de Dubé de Luque.

Los cambios de imágenes estarán motivados por variadas cuestiones, desde cambios de gustos a razón de oportunidad. En algunos casos obras de mayor calidad artística serían cambiadas o modificadas solo por adaptarse al gusto predominante. Dos casos muy significativos, aunque se trate de sendas imágenes letíficas, son los ocurridos con las tallas marianas de la Virgen de la Alegría de San Bartolomé o la Virgen del Rosario de San Gil, simulacros de talla completa y bulto redondo, atribuidas con gran fundamento a Roque Balduque (s. XVI), que fueron aserradas en el s. XIX para incorporarles un miriñaque y de este modo convertirlas en imágenes vestideras, siguiendo los parámetros imperantes. 

Esos cambios de gustos estéticos, cuando empiezan a buscarse imágenes con expresiones menos dolientes y más “aniñadas”, tan en boga entre las décadas de los sesenta a los noventa de la centuria pasada, explican lo ocurrido en las localidades de Salteras y Carmona (Sevilla) donde dos imágenes de Dolorosas atribuidas a Montes de Oca, se sustituyen por sendas obras de Dubé de Luque y Francisco Buiza, respectivamente. 

Pese a todo lo expuesto en este artículo, la calidad del artista escultor e imaginero no aseguraba necesariamente que la obra ejecutada fuese del agrado de los comitentes. Ahí están los casos de los misterios de la Resurrección para Jerez de la Frontera, labrado por Ortega Bru en 1958, o de la Glorificación de la Soledad para la Congregación de Mena de Málaga, labrado en 1975 por Juan de Ávalos y suprimido a los cuatro años de su estreno, al no ser del gusto del pueblo malacitano. 

Si nos adentramos en la Semana Santa gaditana, podemos comprobar con suma facilidad como no son pocos los casos de imágenes titulares que, en municipios como Jerez de la Frontera, Puerto Real, San Fernando, Chiclana de la Frontera, además de la propia capital, han sido sustituidos recientemente por su escasa calidad artística o su nula devoción. Muy significativo son los casos de escultores como José Ovando, Miguel Laínez Capote, los Pintos Berraquero o los Chaveli (padre e hijo) cuya labor escultórica ha sido pobremente respetada, siendo no pocas las imágenes que han sido cambiadas o profusamente remodeladas. Sin ir más lejos, rara es la corporación isleña que no contó en su día con Alfonso Berraqueropara que “mejorase” las tallas preexistentes, ante la falta de medios para afrontar la realización de unas nuevas de mayor expresividad o calidad artística. 

Suele con facilidad recurrirse al tipismo de la “escuela sevillana”, para ensalzar o denostar a un artista, en función de determinados interesantes partidistas, cuando en realidad deberían referirse a la “escuela andaluza”, como contraposición a unos conceptos y formas estéticas que son distintos a los de otras escuelas como la “castellana” o la “murciana-levantina”. Una escuela que tiene dos centros productores artísticos claros, Sevilla y Granada, y varias sedes sufragáneas como pudieran ser Cádiz, Córdoba o Málaga, cunas de grandes escultores que ayudaron a fijar los parámetros de representación de la escuela andaluza

La “escuela sevillana” ha sido un centro de producción clave en la historia de la imaginería, que se ha forjado gracias a la presencia de escultores extranjeros, como Mercadante de Bretaña, Roque Balduque, Pietro Torrigiano o José de Arce; de castellanos como Juan Bautista Vázquez el Viejo, Jerónimo Hernández, Miguel Adán o Gaspar del Águila; jiennenses como Andrés de Ocampo o Juan Martínez Montañés; cordobeses como Juan de Mesa; granadinos como Alonso Cano; sevillanos formados en el ámbito malagueño como Pedro Roldán o malagueños afincados en Sevilla, como Juan de Astorga. Todos fueron aportando matices y formas de creación que han contribuido a fijar los rasgos de esta escuela, a cuyo influjo no han escapado los escultores formados en la ciudad, ya fuese a través de la formación tradicional de taller o cursando estudios mayores en la antigua Escuela de Tres Nobles Artes, primero, y en la Escuela Superior de BB.AA. Santa Isabel de Hungría, dependiente de la Universidad de Sevilla, ahora. 

Arrojarse ahora la valía como artista solo al nacimiento en una determinada ciudad, en este caso Sevilla, poniendo veladamente en tela de juicio los méritos de un compañero de gremio, parece una argumentación muy pobre, máxime cuando en la actualidad existen imagineros que están realizando una producción de gran calidad en ciudades como Huelva, Málaga, Granada, Cádiz, Córdoba o Murcia, entre otras.

Cierto es que en los años en que se acometieron muchos de estos cambios no existían las redes sociales. Pese a ello, algunos casos hubo de imágenes que no escaparon a las mofas y burlas de su época, por no ser del gusto del pueblo llano. Tampoco son desconocidos tensos cabildos donde, con intereses espurios, han permanecido o se han aprobado cambios de imágenes titulares o de misterios, sin que la sangre jamás llegase al río. También somos conscientes que hoy es muy fácil criticar o ensalzar por redes sociales bajo un Nick que oculta la verdadera identidad del mensajero de turno, pero debemos ser muy conscientes que quien se expone sobremanera en las redes sociales no está exento, ni es ajeno a los juicios de valor que puede recibir. 

Quizás por ello nos quedamos con la frase que suele decir el profesor Ríos en nuestro programa: si una imagen o conjunto no funcionan, pues se lleva a debate de sus hermanos y que estos decidan, aunque a algunas veces no llueva a gusto de todos, ni de todas… 

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