Dentro del programa de conservación preventiva, que desde hace aproximadamente una década viene desarrollando la Archicofradía Sacramental de Pasión con su patrimonio, el pasado 15 de julio se retiraba del culto al Señor de Pasión para ser sometido a unas labores de conservación que desde entonces se vienen realizando puntualmente.
El encargado de acometerlas ha sido Enrique Gutiérrez Carrasquilla, su “médico de cabecera”, profesional de reconocido prestigio quién en su día ya intervino sobre la totalidad del patrimonio escultórico de la corporación del Jueves Santo.
Las labores han consistido, principalmente, en una revisión del estado general de la sagrada imagen y la retirada superficial de los depósitos de hollín y adherencias de suciedad. Este tipo de intervenciones periódicas se hacen para evitar que el paso del tiempo pueda llegar a causar problemas mayores sobre la policromía, causando estragos en la encarnadura o las veladuras, devolviendo a la talla todo su esplendor.
Paralelamente se ha aprovechado para acometer una serie de obras menores en el interior de la Capilla Sacramental, razón por la cual fueran trasladadas al retablo-portada de esta capilla las imágenes de Nuestra Madre y Señora de la Merced (Sebastián Santos, 1960) y San Juan Evangelista (Gabriel de Astorga, 1862) las cuales han podido contemplarse junto a la otra titular mariana de la corporación perteneciente al patrimonio de la antigua hermandad Sacramental, la Virgen del Voto.
El pasado 2 de agosto, festividad de Ntra. Sra. de los Ángeles y día en el que la Iglesia conmemora el Jubileo de la Porciúncula, el Señor de Pasión, soberbia talla de Juan Martínez Montañés, era repuesto en su altar, junto al resto de los titulares de la cofradia.